Agotados momentos, al resurgir del hastío.
Dejar de resumir, abandonar la creencia de compartir.
Suspirar por nadie, que pertenezca y baile en el engaño.
Caminar en el encierro de pereza, marcada y rapada, por la nula colaboración.
Asimilación constante y sólo aportan tóxico al léxico.
A ver si aprende la personalidad, quizás resulte compatible con la normalidad.
Traga sardinas con nuez, espera la salida.
Que la realidad no alcance, resurgir de sus brasas, cada vez es más intimidante.
Fuegos encendidos, apaciguados por respiros trópicos.
Pensar y diferir en la pestilente indiferencia, importa al marco interior de tú ventana.
Ruedas que no llegan, reducir más, es renunciar a soñar.
Pesadillas de humanidad, pisan fuerte, traban las puertas de libertad.
Transitar, son fabulas pinchadas en facturas dañadas.
Perpleja agonía, que no puede actuar.
Resignarse, respirar y tolerar desprecios juzgados y aceptados por la falta del común.
Condenado a recrearse en la paciencia o arrancarles la cabeza.
Apaciguar el talento para la maldad, frenar las ganas de arrasar.
Sonreír al infortunio, lecciones que superar o muerte depravada.
Preparada la cama, el lugar, aún por determinar.
Acolchar la mente, la incomprensión es permanente.
El mañana demasiado parejo, para tener ganas hoy.
Festivo aparente en el presente, todo escusas del que poco le importa si te miente.
Sobrevalorado el pasado, castiga la confianza sin rubor, ni angustia por la traición.
Futuro hipotecado, por la falta de capacidad, para no necesitar.
Ot2M
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