Comer mantequilla de tú lengua.
Una experiencia improvisada, sin analizar.
Repetida en mente, sonríe el recuerdo.
Acto simple, repleto de afecto a la piel.
Brillo en las miradas, al perpetrar lo oportuno.
La corrección, suplida por la fluidez natural.
La lascivia, se mece en el desconocimiento.
Sin repetición, se consagra a pensamiento de vida.
Ot2M
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